jueves, 8 de agosto de 2013

BAÑARSE? NUNCA O COMO SE PUEDA?


de que estoy hablando...del baño en la edad media.

Durante el Medioevo el concepto de intimidad era prácticamente desconocido. Las viviendas burguesas contaban normalmente con un dormitorio, dos como mucho en las más ricas. Se dormía en común, en muchas camas dispuestas en una misma habitación, en donde varias personas compartían frecuentemente un mismo lecho, en condiciones bastante antihigiénicas y poco confortables, según nuestros estándares actuales de limpieza y confort.En palacios y casas de familia la existencia de los baños era nula.Cuando la necesidad imperaba, los callejones y patios hacían las veces de retretes. En las calles también era normal que la gente dejara su “huella” en cualquier lugar. Los sistemas de alcantarillado aun no existían; por lo tanto las ciudades medievales eran verdaderos vertederos de basura y excremento. Grandes metrópolis como Londres o París pudieron considerarse en aquel tiempo como algunos de los lugares mas sucios del mundo.

Llama la atención que en una sociedad como aquélla, obsesionada por el pecado y la honra, hubiera tanta gente durmiendo en una misma estancia, o incluso cocinando al mismo tiempo que otros orinaban, quizás como fruto de la necesidad, pero también de las mentalidades del momento.


Versalles, quizás el palacio más importante de Francia, no tiene baños.
En la Edad Media no existían cepillos de dientes, perfumes, desodorantes y mucho menos papel higiénico.
. Los abanicos no se usaban por el calor, sino por el mal olor que exhalaba el cuerpo de las personas por debajo de los vestidos.
6. Las ropas eran hechas pesadas para contener los olores de las partes íntimas.
7. Tampoco la gente se bañaba por la falta de agua corriente y de calor en las habitaciones. Los baños eran tomados en una bañera enorme llena de agua caliente. El padre de la familia era el primero en tomarlo, luego los otros hombres de la casa por orden de edad, y después las mujeres, también en orden de edad. Al final los niños, y los bebés los últimos.

Los baños públicos florecieron en las grandes ciudades europeas en el siglo XIII, y para el siglo XV ya eran algo normal en pueblos medianos. Contrario a las elaboradas instalaciones de los baños romanos o árabes con grandes albercas comunes de distintas temperaturas, los baños medievales usaban tinajas de madera con agua caliente en las que cabían dos o tres personas.
Para mediados del siglo XIII, los baños públicos eran tan numerosos en París que los estuviers, o propietarios, formaron su propio gremio. La popularidad de estos baños públicos desencadenó otras actividades. De hecho, la palabra en inglés stew, cuya una de sus acepciones significa burdel, proviene del francés etuves, o baño público. En el siglo XV estos términos eran considerados sinónimos en varias ciudades de la Europa medieval.


El baño era también una parte importante en los rituales de los caballeros medievales. Para su nombramiento, el candidato debía bañarse antes de pasar la noche en oración, con la finalidad de que estuviera corporal y espiritualmente purificado antes de convertirse en caballero.


La actitud de la iglesia hacia el baño no era positiva, lo condenaba ya que lo veía como un lujo innecesario y pecaminoso. Estudiosos también señalan que esa actitud proviene en parte de los primeros cristianos, donde los ascetas y eremitas evitaban el baño como un modo de autoflagelación. Es probable que de documentos religiosos que condenaban al baño es de donde proviene la actual concepción de que la gente de la edad media no se bañaba.

Parece ser, sin embargo, que la sana costumbre del baño se vino abajo de la mano de las grandes epidemias medievales, cuando comienza a pensarse que el agua es la culpable de los contagios entre los cuerpos, porque a través de los poros de la piel se podía acceder a todos los órganos. Empieza entonces la época del baño “en seco”, restringiéndose el uso del agua a manos y cara. Esta situación se mantendría hasta casi el siglo XIX.

CURIOSIDADES SOBRE LAS NECESIDADES FISIOLOGICAS

La orina humana en la edad media tuvo muchos usos. Esta era recogida en vasijas (dispuestas en las calles y en los rellanos de las escaleras) y se utilizaba en las lavanderías (por su alto contenido en amoniaco). La blancura de las lanas y los linos de senadores, emperadores, reyes, nobles y caballeros procedía de los orines de los pobres, los siervos y los campesinos.

Por muy desagradable que parezca, en la edad media la orina también era empleada para la higiene bucal: los europeos de esa época se lavaban la boca con sus propios orines. Los iberos, por ejemplo, almacenaban su orina en recipientes, la dejaban reposar un tiempo y luego tomaban pequeñas cantidades para su uso como dentífrico. Los romanos adoptaron esta costumbre, aunque como eran un poco más finos, mezclaban la orina con piedra pómez y colorantes para hacer más llevadero el enjuague.
El rechazo al agua llegaba a los más altos estratos sociales. Las damas más entusiastas del aseo se bañaban como mucho dos veces al año, y el propio rey sólo lo hacía por prescripción médica y con las debidas precauciones, como demuestra este relato de uno de los médicos privados de Enrique VIII: “Hice preparar el baño, el rey entró en él a las 10 y durante el resto de la jornada se sintió pesado, con un dolor sordo de cabeza, lo que nunca le había ocurrido... No quise insistir en el baño, habiendo observado suficientes circunstancias desfavorables para hacer que el rey lo abandonase”.
Los baños eran tomados en una bañera enorme llena de agua caliente. Elpadre de la familia era el primero en tomarlo, luego los otros hombres de la casa por orden de edad y después las mujeres, tambiénen orden de edad. Al final los niños, y los bebes los últimos. Cuando se llegaba a ellos ya se podía perder un bebe dentro del agua de lo sucia que podía estar.
Con el cuerno prisionero de sus miserias, la higiene se trasladó a la ropa, cuanto más blanca mejor. Los ricos se “lavaban”cambiándose con frecuencia de camisa, que supuestamente absorbía la suciedad corporal. Pero incluso quienes se cambiaban mucho de camisa sólo se mudaban de ropa interior —si es que la llevaban— una vez al mes.
El Rey Enrique VIII, famoso por romper con la Iglesia Romana y por haberse casado seis veces, tenía más de 200 sirvientes que le servían como cocineros, mozos, etc. Pero los sirvientes con la peor de la suerte eran aquellos que debían cuidar de las "necesidades"del Rey: lo tenían que despulgar de piojos una vez al día, lavar sus partes íntimas mientras el Rey permanecía sentado e incluso,algo bien representado en la serie de televisión "Los Tudors",cuando la Reina estaba embarazada y el monarca sentía la necesidad de contacto físico, un sirviente sostenía una toalla enfrente delas partes íntimas del Rey mientras éste se masturbaba. Ésto lo hacía frente a varios de sus sirvientes, que luego del "acto"cambiaban sus ropas y desechaban las toallas.

QUE DECIR...!BIENVENIDA MODERNIDAD

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